¿CÓMO IDENTIFICAR LA DIFERENCIA ENTRE UN VÍNCULO AMOROSO Y UNA RELACIÓN CODEPENDIENTE?
Una de las primeras claves de que existe codependencia en la pareja es el sufrimiento. Si bien toda relación puede tener momentos de desacuerdo, distanciamiento e incluso de confrontación y conflicto, no hay que caer en el equívoco de considerar que un vínculo es más profundo cuando está acompañado de una fuerte experiencia emocional, en especial si ésta es dolorosa.
Al estar una relación caracterizada por altibajos emocionales, rupturas y reconciliaciones que se repiten de manera cíclica, se desarrolla un mecanismo similar al de la adicción, sólo que en lugar de tratarse de una sustancia, es hacia una persona o hacia ciertas emociones que se desencadenan reiteradamente en torno al vínculo.
En la codependencia se pierde la individualidad: los proyectos, intereses, actividades y bienestar de la otra persona se convierten en prioritarios, desplazando los propios. La relación misma representa una fuente de sufrimiento, debido a que la persona actúa incluso en contra de sí misma con tal de evitar que el otro la abandone. Desde el punto de vista de la persona codependiente, la pérdida de la relación se teme como algo devastador, sin darse cuenta de que la verdadera catástrofe se está generando al mantener un vínculo en tales condiciones.
En una relación de este tipo predomina el miedo; de perder a esa persona, de hacerla enfadar o quedarle mal, de ser rechazada por ella, miedo a la soledad, a perder el sentido de la vida si ésta lo abandona. Hasta el punto de que la propia existencia se organiza en función de los deseos y necesidades del otro, con una convicción de que no es posible modificar esta situación y de que la solución consiste en encontrar la manera de hacer siempre lo que agrada a ese alguien de quien se depende.
¿QUÉ HACER?
Desgraciadamente, es bastante común que quien se encuentra inmerso en una relación codependiente no sea consciente de ello, sino que es percibido por las personas de su círculo más cercano. De la misma manera que ocurre con las adicciones, el primer paso para romper con este apego consiste en reconocer la situación, lo cual no es sencillo, pues a pesar de lo conflictiva que ésta sea, existe una especie de inercia que impide movilizarse, principalmente por temor al cambio. Se requiere mucha valentía y fortaleza, así como el apoyo de los seres queridos y ayuda profesional, para salir de este círculo vicioso.
Pero lo importante es que, una vez que se consigue identificar y reconocer que se está viviendo una relación de pareja en codependencia emocional, se habrá dado el primer paso de un proceso personal de recuperación, al cabo del cual, la persona habrá mejorado significativamente su autoestima. Será capaz de estar sola, de poner límites, de anteponer su propio bienestar, de relacionarse con más personas evitando las expectativas, y en pocas palabras, habrá aprendido a amarse y a amar de forma saludable.
Erich Fromm, fundador del psicoanálisis humanista, definió el amor como un arte que requiere trabajo, es decir, un esfuerzo emocional constante. El amor es una cualidad en la que predomina la preocupación por el bienestar del otro, pero no a costa del propio, sino una preocupación basada en el conocimiento y la responsabilidad. Es un acto de voluntad en el cual se conserva la propia integridad, al mismo tiempo que se promueve un sentimiento de unión. De modo que el amor tiene una cualidad activa que promueve el crecimiento de uno mismo y de lo que se ama, convirtiéndose en una expresión de la vitalidad.
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